Espoir 18 en Montreal

Desde 2019, el CIPC y la asociación parisina Espoir 18 trabajan en estrecha colaboración en un proyecto que aborda la mejora del diálogo entre la policía y la población, con un enfoque particular en los jóvenes y los grupos minoritarios en su relación con la institución policial. El objetivo de este proyecto era documentar experiencias y prácticas inspiradoras a ambos lados del Atlántico, pero también promover la transferencia de conocimientos y establecer colaboraciones en torno a este tema.   

Espoir 18 es una asociación que trabaja por la integración y la socialización de más de 2.000 jóvenes de entre 6 y 30 años de ciertos barrios populares de París, a través de actividades culturales, artísticas y deportivas. En el marco de su misión de apoyo al éxito y prevención de la delincuencia, Espoir 18 participa en el despliegue de diversas iniciativas de referencia, que van desde la creación de proyectos artísticos hasta la organización de viajes de movilidad internacional. 

En el marco de esta colaboración, un equipo de Espoir 18, compuesto por una treintena de personas, entre ellas veinte jóvenes de la asociación, estuvo en misión en Montreal del 8 al 12 de julio de 2022. Esta misión formaba parte de una gira norteamericana, sobre todo en Washington y Nueva York, de dos espectáculos teatrales de referencia, Bad Mama y Lettres à Nour, tras un año de gira por ciudades francesas.   

Estamos muy contentos de haberlos recibido en Montreal.    

Estas obras abordan múltiples temas, preocupaciones, aspiraciones y realidades por las que pasa la juventud contemporánea, especialmente en ciertos territorios desfavorecidos: la vida cotidiana, la radicalización que puede llevar a la violencia, las cuestiones de identidad, las relaciones entre generaciones y con las instituciones, así como otros temas. Además, Bad Mama es un proyecto de co-desarrollo, que comenzó en 2019, entre los jóvenes y los responsables de la asociación, dirigido por Farid Abdelkrim, interpretado por el grupo de teatro “Z’improbables” (jóvenes de Espoir 18). Esta iniciativa artística se convirtió en una forma de que el grupo aprendiera a expresarse sobre temas a veces complejos. A continuación, Lettres à Nour es una obra adaptada de la novela de Rachid Benzine y dirigida por él, interpretada por Farid Abdelkrim y Céline Dély, que busca deconstruir la ideología de Daech y desafiar las certezas de los espectadores.  

Para la primera velada teatral, que tuvo lugar el sábado 9 de julio en la Unión Francesa de Montreal en el centro de la ciudad, se presentaron cerca de 40 personas para ver las obras Bad Mama y Lettres à Nour. El público también tuvo la oportunidad de comentar las obras con el equipo después de las representaciones.   

El lunes 11 de julio, Espoir 18 y el CIPC fueron recibidos en Montreal-Norte por las organizaciones Parole d’excluEs y Hoodstock para una visita a los hogares Pelletier, a las oficinas de Parole d’excluEs y a la place de l’Espoir. Estas visitas permitieron al grupo intercambiar con los agentes locales y conocer mejor las realidades del barrio.

 

Por la tarde, la segunda representación teatral tuvo lugar en el Espace 7000 de Montreal-Norte, acogiendo a cerca de 75 personas. El público también tuvo la oportunidad de debatir con el grupo los temas planteados por las obras, el origen de éstas y el impacto que este tipo de implicación ha tenido en los jóvenes desde el inicio del proceso.

Gracias a todos los participantes que se unieron a los eventos.   

Formación sobre la prevención de la violencia juvenil a través del deporte y las artes realizada por el RÉSAL

En el marco el desarrollo de la comunidad de prácticas de la Red de intercambio y apoyo a las acciones locales (Réseau d’échange et de soutien aux actions locales), de la que el CIPC es miembro y coordinador, se ha relanzado esta primavera una serie de actividades. El 12 de mayo se realizó una primera sesión de formación del 1er ciclo temático. El objetivo de esta formación era destacar la importancia de un enfoque basado en prácticas deportivas o artísticas para la prevención de la violencia y la creación de un vínculo de confianza con los jóvenes de Montreal. También ofreció la oportunidad de debatir sobre las lecciones aprendidas, las buenas prácticas y los posibles retos que se pueden encontrar en este tipo de enfoque.  

La actividad fue facilitada por Nicolas Barbeau-Lachance, fundador y coordinador de la escuela de intervención a través de las artes marciales y los deportes de combate de RAP Jeunesse, y Cloé Daguet, una interviniente de la organización La Collective.  

Además, el 19 de mayo y el 2 de junio se llevaron a cabo dos actividades de supervisión clínica tras esta formación temática de primer ciclo temático. Los espacios clínicos buscan promover la ayuda mutua y la transferencia horizontal de conocimientos, permitiendo que las organizaciones con grandes necesidades en cuanto a su práctica encuentren apoyo y coaching metodológico. 

Algunos de los aspectos más destacados de la formación fueron:  

  • El Teatro del Oprimido (TOP) es una práctica participativa, solidaria y exigente que moviliza el cuerpo como vehículo de un mensaje. Crea un cambio y proporciona un marco para la reapropiación colectiva y la concienciación sobre diversos temas.  
  • Las artes marciales y los deportes de combate pueden ser una herramienta de apoyo a la modificación de los comportamientos violentos de los jóvenes, pero también pueden utilizarse para el empoderamiento colectivo de determinadas poblaciones en riesgo o vulnerables.  
  • Aunque se trata de dos disciplinas que a primera vista parecen bastante distantes, es decir, los deportes de combate y el TOP, se pueden plantear similitudes y retos compartidos en cuanto a la intervención. A través del cuerpo y el movimiento, estas prácticas exigen a los jóvenes un aprendizaje continuo y un dominio de sí mismos para actuar sobre la violencia interpersonal o intervenir sobre la opresión.  

Además, el éxito de ambas disciplinas requiere la participación activa y sostenida del profesional y de los jóvenes para formar parte de un enfoque de seguimiento e intervención a largo plazo.  

  • Es beneficioso que los profesionales nombren e introduzcan los objetivos subyacentes de la intervención a los jóvenes a través de la práctica de actividades deportivas o artísticas, con el fin de preservar y reforzar el vínculo de confianza. 

Las actividades de este primer ciclo beneficiaron a 25 trabajadores de organizaciones comunitarias de Montreal que trabajan en la prevención de la violencia juvenil.